La era digital: La nueva era de las relaciones hombre-máquina

¿Quién iba a imaginar que el trabajo a distancia sería una realidad de un día para otro, sólo unos meses después de haber entrado en la nueva década?

Cuando empecé a pensar en escribir este artículo, tenía en mente que nos estamos acercando a un capítulo completamente nuevo en la historia de la humanidad, que verá a los humanos y a las máquinas más cerca que nunca en todos los aspectos de la vida moderna. Parece que hemos entrado en este nuevo capítulo. El cambio es inevitable para toda organización que quiera seguir el ritmo de la nueva realidad. La transformación digital ya no debe posponerse. Al contrario, debemos adoptarla para construir un futuro mejor.

El cambio es inevitable para toda organización que quiera seguir el ritmo de la nueva realidad. La transformación digital ya no debe posponerse. Al contrario, debemos adoptarla para construir un futuro mejor.

Georgina Makri

Parece que todas las organizaciones están adoptando el aspecto «remoto» de la tecnología. Desde el trabajo a distancia hasta el aprendizaje a distancia, pasando por las conferencias virtuales y un gran cambio de presupuesto hacia las herramientas digitales, ahora tenemos que confiar en la tecnología más que nunca. El importante crecimiento de la tecnología digital y el auge de las nuevas tecnologías emergentes multiplican las capacidades de los sistemas y aumentan la dependencia de los humanos respecto a las máquinas. Tendemos a considerarlo inevitable, como dice una declaración de nuestro blog Human-Machine Partnerships: «Como la potencia de la tecnología se multiplica por 10 cada cinco años, también lo hará nuestra dependencia de la tecnología».

«Como la potencia de la tecnología se multiplica por 10 cada cinco años, también lo hará nuestra dependencia de la tecnología». Human-Machine Partnerships

Examinemos este argumento desde el punto de vista de una nueva generación de personas -más jóvenes que yo- que han crecido inmersas en la tecnología digital. Hombres y mujeres jóvenes  listos para entrar en la educación superior y en la fuerza de trabajo. Personas con mucha vitalidad, sueños y aspiraciones, pero también «enchufadas» las 24 horas del día, que nunca han conocido un mundo sin Internet y que tienen verdaderos problemas para vivir sin su smartphone.

Estos nativos digitales son los futuros ciudadanos del mundo, pero también los «netizens», los individuos que dejarán su huella digital en todo lo que tradicionalmente se llama el «ciberespacio».

Esta generación, y las que vengan después, serán las verdaderas herederas del mundo que estamos preparando para ellas hoy. Este futuro es un poco difícil de ver porque no sabemos hasta dónde será capaz de llegar la tecnología, incluso dentro de 10 años. Apenas estamos arañando la superficie de las enormes posibilidades de un sistema de gestión de datos realmente perfecto, y aún no hemos visto sus aplicaciones en nuestra vida cotidiana.

Podemos predecir poderosos asistentes de IA que anticiparán nuestras necesidades a partir de nuestros patrones de comportamiento y mejorarán nuestro entretenimiento, nuestras compras, nuestros viajes, nuestro trabajo, nuestro transporte. Ayudarán a la gestión de nuestro hogar, promoverán estilos de vida más saludables y nos ayudarán a prevenir problemas de salud. Los sistemas inteligentes también nos ayudarán a tomar decisiones empresariales más informadas, a obtener información útil a partir de grandes cantidades de datos procedentes de los usuarios para ayudarnos a entender las necesidades de nuestros clientes y a servirles un mejor contenido (si se les alimenta con datos libres de prejuicios); así, con la ayuda de la IA estaremos mejor preparados para servirles.

La ayuda de la nueva tecnología en nuestras vidas remodelará la realidad tal y como la conocemos. Los dispositivos informáticos ubicuos, ocultos a la vista, en forma de microsensores y redes inteligentes, dirigirán ciudades «inteligentes» y cultivarán cosechas «inteligentes». Al mismo tiempo, una nueva raza de superordenadores nos acercará a la hora de abordar grandes problemas como el cambio climático y la lucha contra epidemias y enfermedades peligrosas a gran escala.

Al mismo tiempo, los nuevos materiales y los métodos avanzados de fabricación y manufacturación darán lugar a nuevas y brillantes aplicaciones en órganos artificiales y en la mejora de los cuerpos humanos, ayudando a los discapacitados a disfrutar de las cosas sencillas de la vida, restaurando sus capacidades físicas.

Durante todas estas emocionantes perspectivas, no debemos olvidar que la tecnología debe ser gobernada y guiada para servir a los humanos. Por eso, la orientación humana siempre será imprescindible en todas las relaciones entre el hombre y la máquina, y junto con los términos puramente técnicos, también debemos considerar el impacto ético y social de nuestras innovaciones.

Durante las últimas décadas, parece que innumerables predicciones no se han materializado. Sin embargo, también es evidente que esta es la primera década de nuestra historia en la que estamos más cerca de un mundo interconectado en el que cada vez más personas tienen acceso a las mismas tecnologías e información fundamentales. Ahora nos toca trabajar juntos para utilizar esto en beneficio y progreso común, teniendo en cuenta los riesgos y las ventajas de cada innovación.

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